ricardomiro Ricardo Miró: noviembre 2005

jueves, noviembre 24, 2005

Ruiseñor

Desde la rama del cipres dormido
el dulce ruiseñor canta a la Luna
y la invita a bajar hasta su nido...
Ya ves que casto amor tan sin fortuna...
Y eso que el ruiseñor, en un descuido,
puede llegar volando hasta la Luna.

Envuelto entre la luz embrujadora
da al viento el ruiseñor, todas las galas
que en su garganta mágica atesora;
y la Luna se vuelve toda escalas
de seda y luz...(La Luna dizque ignora
que su dulce cantor tiene dos alas...)

Calla el agua en los claros surtidores
se aduermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores...
Astro y pajaro, a un tiempo, estan divinos...
Y ella baja hasta el vuelta fulgores,
y el asciende hasta ella vuelto trinos...

Lleno de sombra y de quietud, como una
pupila abierta al cielo indiferente,
un retazo perdido de laguna
sueña en la fronda del jardín... presiente
la pálida belleza de la Luna
aquel espejo claro y transparente.

El ruiseñor solloza dolorido
envuelto entre la luz embrujadora
cuando calla de pronto, sorprendido,
porque desde la rama en donde llora
advierte que la luna se ha caído
y flota sobre el agua onduladora.

Calla el agua en los claros surtidores,
se aduermen los arroyos cristalinos
y se despiertan a escuchar las flores...
Luna y pájaro, a un tiempo, estan divinos...
Y ella asciende hasta el vuelta fulgores,
y el desciende hasta ella vuelto trinos.

El pájaro suplica, impreca y canta
mientras se multiplica a maravilla
la flauta de su eglogíca garganta...
Y salta alegre al ver como se humilla
la Luna que corriendo tras su planta
se viene sobre el agua hasta la orilla...

Ante el dulce deliquio que le miente
la Luna, riendo del cristal del lago,
loco de amor el ruiseñor se siente,
y respondiendo al amoroso halago,
hunde el pico en el agua transparente
y se bebe la luna trago a trago.


Garzas Cautivas


 



En el patio andaluz, adonde apenas
penetra el sol en ondas fugitivas,
inmóviles, calladas, pensativas,
hay, como un par de enormes azucenas,
dos garzas melanc?licas, cautivas.

?Qui?n sabe si una noche, al escondido
juncal, cerca a la orilla meliodosa,
una mano lleg?, vio el par dormido,
lejos la madre tierna y afanosa,
y arrebat? los p?jaros del nido!

Tal vez fue en el corral que en la ribera
levanta frente al mar su empalizada
donde un d?a, al nacer la primavera,
en la sorda explosi?n de una alborada,
vieron la luz del sol por vez primera.

?Y ellas no saben del azul! Sus huellas
no ser?n polvo de oro tras su vuelo
a la indecisa luz de las estrellas;
y con sus ojos tristes ven el cielo
y no saben que el cielo es para ellas.

Acaso si una mano, de repente,
las echara a volar, tras un momento
de supremo estupor, abriendo al viento
sus v?rgenes plumajes, blandamente
se ir?an a embriagar de firmamento.

Pero no volar?n, ni bajo el rico
oro del sol se encender?n sus galas,
ni ensartar?n estrellas en el pico,
ni abrir?n a la Luna el abanico
blanco y maravilloso de sus alas.

?Melanc?licas garzas! ... Y en el fr?o
patio sin luz ni sol, sobre las zancas,
simbolizan la imagen del hast?o;
y ni siquiera saben que son blancas
porque nunca se vieron sobre un r?o.

Y all?, bajo las penas de sus galas
in?tiles - lib?lulas de hielo -,
dormitan sin un ansia ni un anhelo,
y no saben a?n que tienen alas
y que las alas son para ir al cielo.

Mel?ncolicas garzas que en el fr?o
patio sin sol ni luz, sobre las zancas,
simboliz?is la imagen del hast?o,
y que nunca supisteis que erais blancas
porque nunca os mirasteis sobre un r?o.

Hay almas cual vosotras que ni huellas
dejar?n ni sabr?n nunca del vuelo
que nos lleva a vivir con las estrellas,
almas que ven at?nitas el cielo
y no saben que el cielo es para ellas...

Para ellas el oscuro, el escondido
patio andaluz en donde el sol no alumbra;
y van cobardemente, sin ruido
y a trav?s de una g?lida penumbra
en viaje al mar sin playas del olvido.



Patria


¡Oh Patria tan pequeña, tendida sobre un Istmo
en donde es más claro el cielo y más vibrante el sol,
En mi resuena toda tu música, lo mismo
Que el mar en la pequeña celda del caracol!

Revuelvo la mirada y a veces siento espanto
cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar...
¡quizas nunca supiera que te queria tanto
si el Hado no dispone que atravesara el mar!

La Patria es el recuerdo... pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.

La Patria son los viejos senderos retorcidos
que el pie desde la infancia sin tregua recorrio
en donde son los árboles, antiguos conocidos
que al paso nos conversan de un tiempo que pasó.

En vez de esas soberbias torres con aurea flecha,
en donde un sol cansado se viene a desmayar,
dejadme el viejo tronco, donde escribí una fecha
donde he robado un beso , donde aprendi a soñar.

¡Oh, mis vetustas torres, queridas y lejanas
yo siento la nostalgia de vuestro repicar!
he visto muchas torres, oí muchas campanas,
pero ninguna supo. ¡torres mias lejanas!
cantar como vosotras, cantar y sollozar.

La Patria es el recuerdo... pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.

¡Oh Patria tan pequeña que cabes toda entera
debajo de la sombra de nuestro pabellón;
quizás fuiste tan chica para que yo pudiera,
llevarte toda entera dentro del corazón.