ricardomiro Ricardo Miró: Garzas Cautivas

jueves, noviembre 24, 2005

Garzas Cautivas


 



En el patio andaluz, adonde apenas
penetra el sol en ondas fugitivas,
inmóviles, calladas, pensativas,
hay, como un par de enormes azucenas,
dos garzas melanc?licas, cautivas.

?Qui?n sabe si una noche, al escondido
juncal, cerca a la orilla meliodosa,
una mano lleg?, vio el par dormido,
lejos la madre tierna y afanosa,
y arrebat? los p?jaros del nido!

Tal vez fue en el corral que en la ribera
levanta frente al mar su empalizada
donde un d?a, al nacer la primavera,
en la sorda explosi?n de una alborada,
vieron la luz del sol por vez primera.

?Y ellas no saben del azul! Sus huellas
no ser?n polvo de oro tras su vuelo
a la indecisa luz de las estrellas;
y con sus ojos tristes ven el cielo
y no saben que el cielo es para ellas.

Acaso si una mano, de repente,
las echara a volar, tras un momento
de supremo estupor, abriendo al viento
sus v?rgenes plumajes, blandamente
se ir?an a embriagar de firmamento.

Pero no volar?n, ni bajo el rico
oro del sol se encender?n sus galas,
ni ensartar?n estrellas en el pico,
ni abrir?n a la Luna el abanico
blanco y maravilloso de sus alas.

?Melanc?licas garzas! ... Y en el fr?o
patio sin luz ni sol, sobre las zancas,
simbolizan la imagen del hast?o;
y ni siquiera saben que son blancas
porque nunca se vieron sobre un r?o.

Y all?, bajo las penas de sus galas
in?tiles - lib?lulas de hielo -,
dormitan sin un ansia ni un anhelo,
y no saben a?n que tienen alas
y que las alas son para ir al cielo.

Mel?ncolicas garzas que en el fr?o
patio sin sol ni luz, sobre las zancas,
simboliz?is la imagen del hast?o,
y que nunca supisteis que erais blancas
porque nunca os mirasteis sobre un r?o.

Hay almas cual vosotras que ni huellas
dejar?n ni sabr?n nunca del vuelo
que nos lleva a vivir con las estrellas,
almas que ven at?nitas el cielo
y no saben que el cielo es para ellas...

Para ellas el oscuro, el escondido
patio andaluz en donde el sol no alumbra;
y van cobardemente, sin ruido
y a trav?s de una g?lida penumbra
en viaje al mar sin playas del olvido.