Nació en la ciudad de Panamá, el 5 de noviembre de 1883.
Algunas de sus obras más importantes son: Preludios, 1908; Los Segundos Preludios, 1916; La Leyenda del Pacífico,1924; Versos Patrióticos y Recitaciones Escolares,1925; Caminos Silenciosos, 1929; El Poema de la Reencarnación, 1929; Antología Poética, 1937; Antología Poética, 1951. Murió el 2 de marzo de 1940, en la ciudad donde naciera.
viernes, diciembre 16, 2005
La última gaviota
Como una franja temblorosa, rota del manto de la tarde, en raudo vuelo se esfuma la bandada por el cielo buscando, acaso, una ribera ignota.
Detrás, muy lejos, sigue una gaviota que con creciente y pertinaz anhelo va de la soledad rasgando el velo por alcanzar la banda, ya remota.
De la tarde surgió la casta estrella y halló siempre volando a la olvidada, de la rauda patrulla tras la huella.
Historia de mi vida compendiada, porque yo soy cual la gaviota aquella, ave dejada atrás por la bandada.
Desde la rama del cipres dormido el dulce ruiseñor canta a la Luna y la invita a bajar hasta su nido... Ya ves que casto amor tan sin fortuna... Y eso que el ruiseñor, en un descuido, puede llegar volando hasta la Luna.
Envuelto entre la luz embrujadora da al viento el ruiseñor, todas las galas que en su garganta mágica atesora; y la Luna se vuelve toda escalas de seda y luz...(La Luna dizque ignora que su dulce cantor tiene dos alas...)
Calla el agua en los claros surtidores se aduermen los arroyos cristalinos y se despiertan a escuchar las flores... Astro y pajaro, a un tiempo, estan divinos... Y ella baja hasta el vuelta fulgores, y el asciende hasta ella vuelto trinos...
Lleno de sombra y de quietud, como una pupila abierta al cielo indiferente, un retazo perdido de laguna sueña en la fronda del jardín... presiente la pálida belleza de la Luna aquel espejo claro y transparente.
El ruiseñor solloza dolorido envuelto entre la luz embrujadora cuando calla de pronto, sorprendido, porque desde la rama en donde llora advierte que la luna se ha caído y flota sobre el agua onduladora.
Calla el agua en los claros surtidores, se aduermen los arroyos cristalinos y se despiertan a escuchar las flores... Luna y pájaro, a un tiempo, estan divinos... Y ella asciende hasta el vuelta fulgores, y el desciende hasta ella vuelto trinos.
El pájaro suplica, impreca y canta mientras se multiplica a maravilla la flauta de su eglogíca garganta... Y salta alegre al ver como se humilla la Luna que corriendo tras su planta se viene sobre el agua hasta la orilla...
Ante el dulce deliquio que le miente la Luna, riendo del cristal del lago, loco de amor el ruiseñor se siente, y respondiendo al amoroso halago, hunde el pico en el agua transparente y se bebe la luna trago a trago.
En el patio andaluz, adonde apenas penetra el sol en ondas fugitivas, inmóviles, calladas, pensativas, hay, como un par de enormes azucenas, dos garzas melanc?licas, cautivas.
?Qui?n sabe si una noche, al escondido juncal, cerca a la orilla meliodosa, una mano lleg?, vio el par dormido, lejos la madre tierna y afanosa, y arrebat? los p?jaros del nido!
Tal vez fue en el corral que en la ribera levanta frente al mar su empalizada donde un d?a, al nacer la primavera, en la sorda explosi?n de una alborada, vieron la luz del sol por vez primera.
?Y ellas no saben del azul! Sus huellas no ser?n polvo de oro tras su vuelo a la indecisa luz de las estrellas; y con sus ojos tristes ven el cielo y no saben que el cielo es para ellas.
Acaso si una mano, de repente, las echara a volar, tras un momento de supremo estupor, abriendo al viento sus v?rgenes plumajes, blandamente se ir?an a embriagar de firmamento.
Pero no volar?n, ni bajo el rico oro del sol se encender?n sus galas, ni ensartar?n estrellas en el pico, ni abrir?n a la Luna el abanico blanco y maravilloso de sus alas.
?Melanc?licas garzas! ... Y en el fr?o patio sin luz ni sol, sobre las zancas, simbolizan la imagen del hast?o; y ni siquiera saben que son blancas porque nunca se vieron sobre un r?o.
Y all?, bajo las penas de sus galas in?tiles - lib?lulas de hielo -, dormitan sin un ansia ni un anhelo, y no saben a?n que tienen alas y que las alas son para ir al cielo.
Mel?ncolicas garzas que en el fr?o patio sin sol ni luz, sobre las zancas, simboliz?is la imagen del hast?o, y que nunca supisteis que erais blancas porque nunca os mirasteis sobre un r?o.
Hay almas cual vosotras que ni huellas dejar?n ni sabr?n nunca del vuelo que nos lleva a vivir con las estrellas, almas que ven at?nitas el cielo y no saben que el cielo es para ellas...
Para ellas el oscuro, el escondido patio andaluz en donde el sol no alumbra; y van cobardemente, sin ruido y a trav?s de una g?lida penumbra en viaje al mar sin playas del olvido.
¡Oh Patria tan pequeña, tendida sobre un Istmo en donde es más claro el cielo y más vibrante el sol, En mi resuena toda tu música, lo mismo Que el mar en la pequeña celda del caracol!
Revuelvo la mirada y a veces siento espanto cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar... ¡quizas nunca supiera que te queria tanto si el Hado no dispone que atravesara el mar!
La Patria es el recuerdo... pedazos de la vida envueltos en jirones de amor o de dolor; la palma rumorosa, la música sabida, el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
La Patria son los viejos senderos retorcidos que el pie desde la infancia sin tregua recorrio en donde son los árboles, antiguos conocidos que al paso nos conversan de un tiempo que pasó.
En vez de esas soberbias torres con aurea flecha, en donde un sol cansado se viene a desmayar, dejadme el viejo tronco, donde escribí una fecha donde he robado un beso , donde aprendi a soñar.
¡Oh, mis vetustas torres, queridas y lejanas yo siento la nostalgia de vuestro repicar! he visto muchas torres, oí muchas campanas, pero ninguna supo. ¡torres mias lejanas! cantar como vosotras, cantar y sollozar.
La Patria es el recuerdo... pedazos de la vida envueltos en jirones de amor o de dolor; la palma rumorosa, la música sabida, el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
¡Oh Patria tan pequeña que cabes toda entera debajo de la sombra de nuestro pabellón; quizás fuiste tan chica para que yo pudiera, llevarte toda entera dentro del corazón.